Ayer de nuevo cogí el cochecito y me dispuse a visitar el Poniente Granaino, y quedarme tan sorprendida como se quedó Washington Irving en 1829. Fui a Moclín, de Moclín a las Peñas de los Gitanos y finalmente aMontefrío.
Moclín es un pequeño pueblecito cuyo número de habitantes rondará los 5.000, tuvo un importante papel como puesto fronterizo durante la Reconquista; dan fe de ello los magníficos restos que se conservan del castillo nazarí que corona la localidad.
En 1486 cayó en manos de los cristianos (junto con Loja, Íllora y Montefrío).
Cuando llegué a la iglesia que está situada a los pies del castillo, me dispuse a seguir subiendo, pero se acercaron unos niñatos kinkis de estos con sus motejos, y me dije… emm… aquí no hay ni el tato… tienen cara de pocos amigos… tengo una cámara la mar de golosa que les estoy enseñando como si nada…y opté por descender pasando por delante suyo con la cabeza bien alta dando la sensación de estar segurísima de mí misma. Al final cuando bajé a la plaza, pensé: igual se me quedaron mirando con esas caras porque me vieron hacer fotos a las tumbas que había por el camino, y en verdad eran unos chiquillos dulces que se suben a lo alto sólo para admirar el bello paisaje que su pueblo posee. No sé.
Bueno, de ahí volví a la carretera para parar en la Peña de los Gitanos, considerado uno de los mejores yacimientos megalítico de la comunidad andaluza, formado por las necrópolis de El Castillón, La Camarilla y El Rodeo.
En cuanto vi una indicación en la carretera aparqué el coche en donde pude y como pude (a pesar de que ponía: “prohibido aparcar, se llama a la policía. Este cartel no es broma.”), salté la valla (era un coto privado de caza) y empecé a andar. Me encontré con un todoterreno y fui a preguntar el camino correcto, eran dos mujeres que me dijeron que para verlo debía de pedir cita y pagar la cuota correspondiente, ¡¡10 €!!. La razón de esto me dijeron que era para conservar la zona. Tas darme un panfleto de lo más cutre y preguntarme cuanta gente veníamos a verlo, y quedarse sorprendidas de que fuese sola, me indicaron la dirección. Allá que fui, y de veras no me decepcionó en absoluto.
Estaba completamente sola recorriendo los mismos pasos que dieron nuestros antepasados!!! Impresionante!!!!. Vi decenas de sepulcros, toqué las mismas piedras que ellos tallaron…
Hasta que de repente vi que una mujer vestida de uniforme verde y con placa colgando de la camisa se me acercó.
- Bueno días- le dije.
- Buenos días, qué paseando, no?.
- Pues sí, viendo la zona, ya me encontré con compañeros suyos y me dijeron que para adentrarme aquí debía de pagar.
- Ya, pero no, el campo es para todos, puedes ir por donde quieras, solo que esos te cobran si entras por el coto de caza privado.
- Ah, pues entonces seguiré andando.
- Que disfrutes.
- Gracias, que tenga buen día.
Regresando para el coche tenía solo dos pensamientos: ¿seguiría el coche aparcado en donde lo dejé? y…¿quien se llevaría el dinero que recaudan con la supuesta entrada al yacimiento?
Una vez metidita en el Peugeot tiré para Montefrío. Y bueno que decir… primero diré lo que viene en las guías, ok?
Montefrío es una población preciosa cuyo caserío lo forman casas blancas y calles empinadas. Fue una de las principales fortalezas de los nazaríes en el siglo XIII. El monarca mazarí Yusuf I reconstruyó sus murallas para hacer frente a la avanzadilla cristiana, que el 1432 ya se encontraba a pocos km. Tras la caída de Loja, Moclín, Íllora, Montefrío se rindió en 1486, quedando casi totalmente espédita la ruta hasta Granada.
Ahora bien, a todo esto hay que sumarle una nota aclaratoria que sirva al viajero intrépido que vaya solo o sola por estos parajes. Desde la iglesia de la Encarnación (una de las pocas iglesias con bóveda redonda del mundo) hasta lo alto del castillo, se encuentra establecida una población gitana. No quiero que esto posea un tono xenófobo, ni muchísimo menos, pero bajo mi experiencia es un barrio de pocos amigos. Primero porque casi un chucho me muerde la pierna y nadie lo intentó impedir, sino que tuve la sensación de que la gente que me observaba estaba esperando ver mis gemelos esparcidos por la calzada, segundo, porque me miraban muy mal; y tercero, porque tuve la mala suerte de toparme con los chungos y aguantar frases que lo único que me producían era que el estómago se me aflojara y mis ojos sólo pudiesen convertir los pocos metros que me separaban del coche, en km. Por eso ahora entiendo lo que me dijo un buen hombre a la entrada del pueblo cuando le pregunté como acceder a lo alto. Sus palabras fueron:
- ¿¡Hasta allá!?, hombre ya es tarde, y ¿¿vas tu sola?? Igual mejor sería que hicieses noche aquí y mañana con el sol subieses, que de veras que es precioso. (serían las 20.30 prox.)
El anciano me ofrecía su casa para dormir, a lo que lógicamente lo relacioné con un caso típico de viejo verde.
La pena es que no vi del todo bien el pueblo, ya que una vez dentro del coche hice las maniobras más rápidas de mi vida y salí por patas de Montefrío.
Otro día iré a Loja y Alhama de Granada para así acabar de ver el Poniente Granaino.
Moclín es un pequeño pueblecito cuyo número de habitantes rondará los 5.000, tuvo un importante papel como puesto fronterizo durante la Reconquista; dan fe de ello los magníficos restos que se conservan del castillo nazarí que corona la localidad.

En 1486 cayó en manos de los cristianos (junto con Loja, Íllora y Montefrío).
Cuando llegué a la iglesia que está situada a los pies del castillo, me dispuse a seguir subiendo, pero se acercaron unos niñatos kinkis de estos con sus motejos, y me dije… emm… aquí no hay ni el tato… tienen cara de pocos amigos… tengo una cámara la mar de golosa que les estoy enseñando como si nada…y opté por descender pasando por delante suyo con la cabeza bien alta dando la sensación de estar segurísima de mí misma. Al final cuando bajé a la plaza, pensé: igual se me quedaron mirando con esas caras porque me vieron hacer fotos a las tumbas que había por el camino, y en verdad eran unos chiquillos dulces que se suben a lo alto sólo para admirar el bello paisaje que su pueblo posee. No sé.
Bueno, de ahí volví a la carretera para parar en la Peña de los Gitanos, considerado uno de los mejores yacimientos megalítico de la comunidad andaluza, formado por las necrópolis de El Castillón, La Camarilla y El Rodeo.
En cuanto vi una indicación en la carretera aparqué el coche en donde pude y como pude (a pesar de que ponía: “prohibido aparcar, se llama a la policía. Este cartel no es broma.”), salté la valla (era un coto privado de caza) y empecé a andar. Me encontré con un todoterreno y fui a preguntar el camino correcto, eran dos mujeres que me dijeron que para verlo debía de pedir cita y pagar la cuota correspondiente, ¡¡10 €!!. La razón de esto me dijeron que era para conservar la zona. Tas darme un panfleto de lo más cutre y preguntarme cuanta gente veníamos a verlo, y quedarse sorprendidas de que fuese sola, me indicaron la dirección. Allá que fui, y de veras no me decepcionó en absoluto.
Estaba completamente sola recorriendo los mismos pasos que dieron nuestros antepasados!!! Impresionante!!!!. Vi decenas de sepulcros, toqué las mismas piedras que ellos tallaron…
Hasta que de repente vi que una mujer vestida de uniforme verde y con placa colgando de la camisa se me acercó.- Bueno días- le dije.
- Buenos días, qué paseando, no?.
- Pues sí, viendo la zona, ya me encontré con compañeros suyos y me dijeron que para adentrarme aquí debía de pagar.
- Ya, pero no, el campo es para todos, puedes ir por donde quieras, solo que esos te cobran si entras por el coto de caza privado.
- Ah, pues entonces seguiré andando.
- Que disfrutes.
- Gracias, que tenga buen día.
Regresando para el coche tenía solo dos pensamientos: ¿seguiría el coche aparcado en donde lo dejé? y…¿quien se llevaría el dinero que recaudan con la supuesta entrada al yacimiento?
Una vez metidita en el Peugeot tiré para Montefrío. Y bueno que decir… primero diré lo que viene en las guías, ok?
Montefrío es una población preciosa cuyo caserío lo forman casas blancas y calles empinadas. Fue una de las principales fortalezas de los nazaríes en el siglo XIII. El monarca mazarí Yusuf I reconstruyó sus murallas para hacer frente a la avanzadilla cristiana, que el 1432 ya se encontraba a pocos km. Tras la caída de Loja, Moclín, Íllora, Montefrío se rindió en 1486, quedando casi totalmente espédita la ruta hasta Granada.

Ahora bien, a todo esto hay que sumarle una nota aclaratoria que sirva al viajero intrépido que vaya solo o sola por estos parajes. Desde la iglesia de la Encarnación (una de las pocas iglesias con bóveda redonda del mundo) hasta lo alto del castillo, se encuentra establecida una población gitana. No quiero que esto posea un tono xenófobo, ni muchísimo menos, pero bajo mi experiencia es un barrio de pocos amigos. Primero porque casi un chucho me muerde la pierna y nadie lo intentó impedir, sino que tuve la sensación de que la gente que me observaba estaba esperando ver mis gemelos esparcidos por la calzada, segundo, porque me miraban muy mal; y tercero, porque tuve la mala suerte de toparme con los chungos y aguantar frases que lo único que me producían era que el estómago se me aflojara y mis ojos sólo pudiesen convertir los pocos metros que me separaban del coche, en km. Por eso ahora entiendo lo que me dijo un buen hombre a la entrada del pueblo cuando le pregunté como acceder a lo alto. Sus palabras fueron:
- ¿¡Hasta allá!?, hombre ya es tarde, y ¿¿vas tu sola?? Igual mejor sería que hicieses noche aquí y mañana con el sol subieses, que de veras que es precioso. (serían las 20.30 prox.)
El anciano me ofrecía su casa para dormir, a lo que lógicamente lo relacioné con un caso típico de viejo verde.
La pena es que no vi del todo bien el pueblo, ya que una vez dentro del coche hice las maniobras más rápidas de mi vida y salí por patas de Montefrío.
Otro día iré a Loja y Alhama de Granada para así acabar de ver el Poniente Granaino.
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2 comentarios:
Vaya peazo Excursion eh! viviendo el peligro de cerca...si que te lo pasas bien.. y que hacias maniobras a toda hostia? jejeje ya estas acostumbrada a derrapar eh, jejej
ten cuidadin maja,vale?
besossss
mmmm... creo que a tú querida madre Rosi le amputaron el ventrículo izquierdo después de leer el relato... porque yo soy tú amiga y me está sudando hasta el entrecejo.
Cuidate esas carnes imprudentes! jejeje
Un besote. Nano
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