sábado, 7 de febrero de 2009

DEHESA DE NAVALQUEJIGO Y SUS CAMINOS MISTERIOSOS

Tras dejarme tirada el coche el otro día y haberme gastado la pasta en sus cuatro calefactores, esta mañana ha estado a punto para visitar la Dehesa de Navalquejigo en la sierra oeste de Madrid. Llevaba un mapa de la zona con la ruta muy bien descrita, por lo que creí que no habría lugar a dudas o equivocaciones. Me costó un pelín encontrar la entrada del camino, ya que sólo está indicado en una dirección de la carretera, con tan mal suerte que yo iba en el contrario. Pasé Fresnedilla de la Oliva, un pueblo coqueto, hasta que me topé con coches parados en plena carretera. Me bajé para preguntar si iba bien (me olía que no) y efectivamente, me lo había pasado. De paso pregunté la razón de ese atasco inesperado y divisando un helicóptero en pleno asfalto me dijeron que era una familia, pillaron una placa de hielo y se estrellaron contra una roca. Uff.... Decidí dar la vuelta y seguí las indicaciones que me dieron y... walá! lo encontré "Quesería la Cabezuela" en donde empezaba un camino llamado "Camino del Pinar de Navahonda". El primer tramo discurría entre tapias de cortijos, todo muy tranquilo, hasta que a los veinte minutos de haber empezado a andar se me cruzó en el camino un galgo negro esmirrioso que se me paró desafiante. UYss...fui más despacio, pero en vez de amedrentarse empezó a caminar hacia mí. ¡Ozú! me di media vuelta y a paso muy ligerito intenté regresar, pero el otro empezó a correr hasta que me alcanzó. ¡Ostris, menudo canguis!cruzé los dedos y cerré los ojos, cuando los abrí me le encontré a mi lado moviendo la colita huesuda y mirándome con unos ojitos la mar de tiernos. Como vi que era amigable retomé el camino hasta que el pobre dejó de seguirme. Cruzé el arroyo de la Chorrera y a pocos metros la pista se bifurcaba, cogí la de la izquierda tal y como indicaba la guía.
Me metí en un pequeño camino muy lindo, pero me encontré con una puerta que no venía indicada en el mapa. Sin pensarlo la crucé y me ví rodeada de vacas a medio palmo de mi trasero. Confié en la bondad de la madre naturaleza y seguí hasta que me topé con un super rumiante pastando tranquilamente en medio del senderito, evidentemente, aquí ¡ni madre naturaleza ni madre superiora!. Nos miramos mutuamente y esperé un ratito a ver si la chica se apartaba. Pero el frío helador me hizo cambiar de opinión y pensé que igual el otro camino era el correcto. Regresé a la bifurcación pero al final había una gran verja imposible de traspasar. ¿Entonces... por dónde era? Rehice mis pasos pensando que igual la vaca ya habría dejado vía libre, y así fue. Seguí hasta que de nuevo había otra dichosa señal circular con "Prohibido el paso a personas ajenas"y dos nuevos posibles senderos,tomé aquel que parecía no estar cerca de cercados privados, el paisaje cada vez se iba volviendo más bonito.Hasta que hubo un momento que las cosas no me olieron bien. Había una curva muy pronunciada, tras la cual había cuatro alambres de una finca con un caballito al lado, cuando me acerqué sigilosamente empecé a oir fuertes y nerviosos ladridos de varios perros. ¡¡¡Narices!!!no logré verlos, pero estaban cada vez más cerca, cogí los bártulos y salí de ahí echando leches!!.
Al ver que nada se asemejaba a lo que venía en la guía y viendo en el percal que me podía meter como siguiese metiéndome en zonas prohibidas, decidí regresar al cochecito. Por el momento no me inquieta volver para descubrir si me confundí de camino, o iba realmente bien y la cosa era ser más valiente y no cagarse por tres perros enfurecidos sueltos por entre las encinas. ¿?¿?¿?¿
Por lo menos respiré menos CO2, oí el trinar de los pajaritos y no vi a ningún ser humano durante tres horas.

3 comentarios:

Alberto dijo...

Era el libro de Ortuño? Me extraña que no venga explicado con claridad... Por cierto, mis pantalones te quedan bien ;-)

PuNtO y ApArTe dijo...

Je,je,je,je, hay que darles uso... No, no es el de Ortuño, es el de J. Pablo Aviión. Parece ser que tú te la hiciste porque tenías cosas escritas a lápiz, te acuerdas?

Anónimo dijo...

Pero si es que tira mas el campo que la ciudad a la Paris Hilton! que guay, tenia buena pinta la zona, salvo porque casi te atacan hasta los cactus. Ojete con las rutas Lau, que lo de todos los caminos llevan a Roma lo dijo uno que llego a China. Llamame aprensiva, pero es que segun voy leyendo estoy con un el corazon agarrotado.
Besitosssssss de Nano